martes, 1 de marzo de 2011

Día 87: Sueños de Locura

Ayer, vi la pelicula de Cisne Negro. La recomiendo 100%. Me inspiró para hacer la historia que viene a continuación (Y seguirá):


El inicio de la Locura
¿Cuando fue que empezó todo? Creo que todo empezó antes de su muerte. La obsesión me llevaba por las calles de la Corporación queriendo volver a tener ese olor cerca mio, como pasaba en el hotel de Carnivale, en esa habitación a la derecha. Las noches en Hugel, el piano, el sonido de su voz recordando esa canción, me motivaron a continuar, sabía que era el otro, pero una parte de él estaba allí. Lo notaba a instantes cuando clavaba su mirada en mi, en aquel beso, aquel que pensamos que sería el ultimo. Pero no quería que fuese el ultimo. Imagino que él tampoco, sino no me hubiese buscado. Ni yo lo hubiese encontrado. 

La locura. Empezó todo con esa obsesión, puedo decir que fue al final una locura. Aun me persigue, y me perseguirá hasta la muerte. Pero no me arrepiento, nunca me he arrepentido... bueno.. si.. si me arrepiento de algo, de no ser tan fuerte para plantarle cara a lo que yo deseo. Pero eso ahora da igual. El primer signo, la primera imagen, el primer sonido, la primera mota de lo que empezó, fue la ultima noche de su vida. Observandolo allí, no sabía y maldita sea mi ignorancia, mi orgullo, y mi cabezonería... de haber sabido que iba a morir, le hubiese tendido la mano, habernos fugado, largado. Pero no fue así, me oculté en mi cobardía, mi miedo a que ella me odiara, a que él me odiara, a que sus pistolas se clavaran en mi piel. No, debía ser ¿Fuerte?. Su mirada fija en mi, hizo que no pudiera hablarle al principio, El Vaquero y su ayudante salieron, solo los dos, fue un instante, aunque para mi una eternidad, vi sus leves heridas, realizadas por el katar, vi sus ojos, que en cierto modo tenían miedo, imagino que el vio los mios, que intentaban decir algo más. No pude. Llegaron la maga y el creador. No pude. 

Negra en mi desgracia, al verla entrar a ella, la que me lo había quitado, debía salir de allí. Era mi casa, pero daba igual. No podía verlos juntos, era lo que me había llevado a los brazos de otra persona. Suspiré intentando tragarme el odio, el orgullo, las lagrimas y la tristeza que está tan mal vista en todo el lugar donde yo vivía. Debía volver. Pero no quería verla, pero era necesario. El DTM me llevó hasta la ciudad, y dos figuras estaban plantadas frente a mi casa. El jefe de Seguridad y su fiel ayudante, o su fiel perro guardián. Un leve saludo, una sonrisa falsa, entré en mi casa, pero al entrar, no había nadie. 

Sonidos del intercomunicador llegaron, una lucha entre el jefe y la persona que mas admiraba. No podía ser, era declarado traidor, por esa mala bestia que tocaba el violín. Los odio. No podía estar tranquila, y apareció mi pequeña droga particular, el hacia que olvidara su visión, solo mientras esté su presencia conmigo. No podía evitar pensar que solo lo usaba, como él a mi, pensaba que podría ser distinto, pero no era así. Los odio. El jefe de mi droga particular, hablaba por intercomunicador, quería ser el mediador de la situación, invitaba a Comunicación a ambos, él se resistía, el otro lo nombraba traidor, incluso suburbio. El comprensivo mediador no dejaba de intentar razonar con ambos, para hablar. Estaba en Comunicación, veía a mucha gente allí. Estaba ella, al parecer triste, estaba el jefe de Seguridad, y su perro escondido, mi droga y su jefe, y yo. Era subrealista la situación. Los odio. 

Entró él, con orgullo, aunque fuese el otro, miró a todos los que se encontraban allí, menos a mi. Estaba destrozada. Entraron, y ya no supe mas. Nada mas... 

La noche sigue brillando por la iluminada luna, aunque la había visto, al parecer desaparecía. No sabía porque, me desperté con miedo en mis ojos, el olor a muerte por la vivienda, miré las cartas, fue lo primero que hice. Muerte. Fue la primera en mostrarse. La lance mas veces. Muerte. Muerte. Muerte. Muerte... No podía creerlo. No podía concebirlo. Lloraba en silencio, no quería que me escuchara. No quería que se preocupara, ni me viera, ni me denunciara. No podía haber muerto. Golpee la cama con fuerza. Lo que deseaba, amaba, inspiraba, se había ido. Las cartas no se equivocan, nunca, nunca.

La locura... la locura empezó esa noche donde la Luna se escondió detrás de la tierra y el sol. El sol. El sol había cambiado, ya no era la carta normal de antes, había aparecido una figura. La figura de Makoto. La Figura de que deseaba. Su voz... resonó en su cabeza...

...dicen que las lagrimas de luna son las mas hermosas.... pero sin la luz del sol...no brillan como deberian... se escucha una risa un tanto burlesca ... realmente creiste que te librarias de mi?...eso...ni en tus sueños...

Es el principio de todo... pero no me importó, me deje llevar cada día mas por esta locura. Mi locura. 


Continuará

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